Hay una cosa, en que reconosco haber fallado, me he metido a mí misma, he dejado algo de lado.
Estos últimos meses de altos y bajos, de cosas que me han hecho sentir una personita feliz, con anhelos y expectativas y de momentos tristes y oscuros, en los que he intentado a toda costa hallar una salida, dejé de escribir, al menos aquí.
Las pocas veces que me atreví a hacerlo fueron al borde de las lágrimas, tinta y manchas, sollozos ahogados en las noches de soledad, en el silencio profanado por mí, y dejé de reprimir las cosas que daño me causaban, lo malo, es que fueron tan pocas veces que lo hice, que me dejé sufrir, en vano.
¿Por qué calle si había algo lastimando mi ser? Pretendía fingir que podía sola, que los problemas pasarían con fe, o que acaso fui consiente pero no quise ver lo evidente?
No puedo cambiar mi forma de ser, las cosas malas que pasan me afectan, por que siento, y quiero, pero no por ella seré quien sufra en silencio y esté inmersa en un círculo vicioso que terminará haciendome mucho daño.
Hablo de él y su forma de ser hacia mí, cosas que quizá no pueda cambiar porque está en su personalidad y puedo que halla un punto que yo no pueda soportar más.
Duele lo que me pasa, quizá haya algo que se pueda solucionar, quizá y es tiempo de abrir lo ojos y despertar.
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